sábado, 6 de mayo de 2017

frase

   una única frase. sólo una. pero no una cualquiera. esa frase contenía todo el significado, no había nada más que añadir. el resto de su libreta permanecía en blanco. ninguna idea nueva de las que llegó después pudo añadir nada a esa frase completa. ni siquiera era suya. era la frase de otro, sacada de alguno de los muchos libros que había leído. no recordaba cual, ni recordaba el autor pero su significado le pesaba tanto que inundaba su vida.
   dieciocho palabras. sólo una letra mayúscula, un punto y coma y un punto final. era todo lo que se necesitaba para contener el significado del mundo, para matar a un pensador. las palabras que componían la frase ni siquiera eran especialmente bonitas, eran palabras normales y corrientes pero juntas cobraban un valor que anulaba a cualquier otra combinación posible de palabras.
   desde que escribió aquella frase en su cuaderno no había sido capaz de elaborar una idea que aportara nada nuevo, que continuara ese pensamiento perfecto y cerrado, ese pensamiento total. aunque había jugado con las palabras y había pensado muchas combinaciones de ellas, ninguna había merecido ser escrita a continuación, ni siquiera en la siguiente página a espaldas de ella y evitando su poder que llegaba de la primera a la última página de aquel cuaderno de ideas que había quedado reducido a un único y fatal pensamiento.
   muchas veces había pensado en borrarla, en arrancar esa página del cuaderno, pero la fase seguiría en su cabeza, seguiría escrita en ese libro en la que la descubrió. no había forma de deshacerse del cadáver. escribir esa frase había supuesto su propia muerte, un suicidio.

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