domingo, 20 de marzo de 2016

espejo



   si algo le había enseñado este tiempo de terapia era que todo el dolor que soportaba a diario era producto de su propia mente. como si de un espejo se tratara, trataba a la propia vida como un reflejo de sus debilidades, heridas y sufrimientos proyectándolas hacia sí mismo a través de un retorcido mecanismo de autodestrucción. como un jodido laberinto de espejos que reflejaran desde todos los ángulos posibles y un número infinito de veces  todo el dolor que había ido acumulando en años de silencio y soledad. no tenía más visión que la suya propia pero ni siquiera la reconocía distorsionada en espejos deformes que había creado para hacer de otros sus propias ideas.
   era tan elaborado que no había sido capaz de encontrar nada más puro y auténtico en su vida que eso que sentía en lo más profundo de su corazón y que, por mucho que estuviera aprendiendo a ver que aquello era devastador y una gran mentira, el poder y la pureza de ese sentimiento le hacía imposible deprenderse de él.
   poco a poco intentaba utilizar ese mismo mecanismo en su propio beneficio. intentaba proyectar en ese complejo entramado de espejos los sentimientos positivos de forma que una vez reflejados repetidas veces, distorsionados en diferentes formas azarosas; al verlos de nuevo frente a él tuvieran el efecto de desvanecer aquella nube oscura.
   pero no estaba funcionando. siempre que se miraba en el espejo, la imagen que percibía estaba cubierta de la misma soledad de siempre. como un niño perdido en un laberinto de espejos.