lunes, 18 de febrero de 2013

la verdad intravenosa

   no recordaba haber sentido un dolor tan intenso como el de la madre que acaba de perder a su hija en la película que estaba viendo o más correcto sería decir sintiendo. acabada la película, la bio-publicidad le hizo sentir la necesidad de tomarse un gran vaso de coca-cola y una pizza. se desenchufó del televisor y fue a la cocina. ya no recordaba lo que era desear algo por sí mismo. desde la llegada de la bio-televisión, añadiendo a los estímulos visuales las cantidades correctas de hormonas y biomoléculas, la creación de emociones y deseos había quedado en mano de las multinacionales. lo sabía, pero era todo tan real que no le importaba. conseguir que tu cuerpo sintiera sed, hambre, sueño o deseo sexual de una manera programada le parecía un avance alucinante. pero conseguir además hacer a alguien sentir el dolor de una madre perdiendo a su hija y de una manera tan real, sinceramente merecía la pena ante la simpleza del libre pensamiento.
   cuando los primeros avances en la televisión biológica comenzaron a hacerse públicos crearon una gran polémica y el rechazo de ciertos sectores de la sociedad, pero ahora estaba muy extendido y pocas casas mantenían el antiguo sistema tradicional de televisión. incluso sus padres hacían gala orgullosos de adaptarse a los tiempos y alardeaban orgullosos ante sus más reaccionarios amigos. los avances eran contínuos y desarrollaban nuevas variaciones de un sistema que consistía en hacer la televisión una experiencia más que sensorial, introduciéndola en el telesujeto por vía intravenosa en forma de sueros y preparados hormonales. lo último que le había regalado a Eva por su cumpleaños era un dvd con su vida, igual que aquel que se compró para él mismo hacía tiempo. el proceso era sencillo. la misma vía intravenosa que utilizaban para la bio-televisión servía para extraer en un dvd todo lo que tu cerebro guardaba. había quien decía que aquella información que te sacaban era confidencial y que las empresas traficaban con ella, investigaban en recuerdos pre-infantiles y la utilizaban para llegar a conocer el funcionamiento de la mente humana desde que nacías de manera que todo acababa dirigido hacia un mayor control. pero él creía que todo aquello eran leyendas urbanas o competencia desleal entre compañías.
   no sabía donde se había metido Eva, llevaba todo el día sólo y aburrido. ella le había regalado un televiaje a un país asiático del que no recordaba el nombre y deberían estar viéndolo juntos. de repente tuvo una idea. aquellos dvds estaban pensados para consumo personal, cada uno podía tener un recuerdo de su propia vida. pero pensó que sería interesante sentir los recuerdos de Eva.
   intentó desenchufarse, pero estaba paralizado y el corazón le latía a una velocidad muy por encima de la normal. se sentía a punto del colapso. acababa de descubrir algunos secretos de la vida de Eva, de su infancia especialmente, que le dejaron quebrado. le había ocultado los recuerdos más traumáticos de su infancia y su adolescencia y conforme llegaba a su etapa adulta, en la que lo conocía a él, todo empezaba a desmoronarse. reconoció sentimientos de lástima y cobardía, miedo a la soledad y rutina eran los sentimientos que él creía un amor puro y sincero. incluso pudo sentir como ella se había sentido humillada y despreciada por él en situaciones conflictivas que él creía haber resuelto de manera respetuosa.
   había perdido algunos de sus sentidos. la visión estaba borrosa, no podía oir nada, pero podía verla. acababa de entrar en casa y su rostro reflejaba terror. por sus gestos podía adivinar como le gritaba e intentaba sacarlo de aquel trance en el que se estaba sumergido. la veía moverse nerviosa de un lado a otro de la habitación hasta que le arrancó los cables de los brazos. sabía que era ella, pero a sus ojos aquella mujer era una completa desconocida.