martes, 29 de enero de 2013

desapariciones

   zapeaba de informativo en informativo y en todos daban la misma noticia. una amplia crónica sobre la última desaparición. empezaba a convertirse en cuestión de estado y es que el número de desapariciones ascendía a 30 en las últimas dos semanas. o al menos eran las cifras oficiales. le encantaba ver como hablaban de su trabajo, pero aunque tenía la seguridad de que no le podían pillar debía empezar a tener más cuidado. la alarma social empezaba a ser importante. manifestaciones a diario a las que él mismo acudía, confundido entre la muchedumbre, debates en el congreso y los cuerpos de élite de la policía nacional trabajan en los casos. aún no habían conseguido relacionarlos.
   debería espaciar los casos a pesar de que tenía encargos a diario, algunos llevaban esperando días o semanas pero era muy selecto a la hora de elegir un trabajo. escuchaba las historias cuando se ponían en contacto con él y en función de lo que el llamaba "la marca" aceptaba o no proceder con la desaparición. "la marca" consistía en el grado de desolación y tristeza con el que se quedaba. algunas veces había llorado escuchando a los hombres y mujeres que lo buscaban para que los hiciera desaparecer. ese era uno de los motivos por los que estaba seguro de que nunca lo pillarían. la gente que desaparecía, era gente que quería hacerlo. la segunda era que no quedaba ningú rastro. ni siquiera el cuerpo.
   sólo conseguía que la gente se volviera invisible, pero seguían vivos y conscientes de sus vidas. alguna vez se había planteado si era cruel lo que hacía. aquellas personas realmente creían que los iba a hacer desaparecer como rezaba su sencillo y único anuncio: "se ofrecen desapariciones. sin rastro ni cadaver. solo para pedidos personales". pero en el fondo de su consciencia, creía que les hacía un favor, les ayudaba a cambiar la perspectiva. continuar con sus vidas sin poder interactuar en ellas y ver como sus seres cercanos se preocupaban por ellos, les hacía desear volver a ser visibles. lástima que aquel poder no le hubiera sido concedido. casi todos volvían desesperados suplicándoles por una vuelta a su anterior estado.
   sentía hambre. normalmente cenaba en casa, pero estaba perezoso así que bajaría a comprar una pizza o algo rápido. no recordaba desde cuando no compraba una pizza. intentó hablar con el dependiente que parecía demasiado ocupado para prestarle atención y cuando su paciencia empezaba a agotarse elevó la voz considerablemente. nada. ninguna respuesta. aquel estúpido debía estar ciego o es que acaso era... invisible.
   de repente comprendió algo que le heló la nuca. estaba tan orgulloso de su poder que no se había dado cuenta de la pesada carga que conllevaba. sólo era visible ante aquellos que deseaban ser invisibles, actuando como nexo temporal entre ambas realidades paralelas. de repente sintió toda la carga, todo el dolor y la pena de comprender de golpe que sus actos no tenían repercusión en la vida consciente más que por un ligero hilo, la desesperación de los que anhelaban librarse de unas vidas que él nunca había tenido. desde ese mismo segundo sólo pudo desear con interaccionar con aquel mundo que siempre le había parecido tan vacío y que ahora contemplaba lleno de posibilidades. necesitaba actuar de una manera consciente y voluntaria. pero probablemente ese era un sueño que nunca conseguiría cumplir.

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